
Fragmento de la introducción del libro de Alberto González Pascual Los Nuevos Fascismos – Manipular el Resentimiento, una obra imprescindible para entender las claves del auge de movimientos cuya pujanza debería alertarnos del peligro que significan.
Una mentalidad fascista significa que el sistema operativo instalado en la conciencia de un determinado grupo de personas funcionaría con una secuencia de algoritmos para:
- Escapar de situaciones de ansiedad, de la complejidad y ambigüedad de fenómenos, y de la obligación civilizatoria de empatía y compasión hacia el prójimo, incluso de aquel que nos hiere.
- Exigir obediencia y conformidad en cualquier circunstancia, incluso cuando la información con la que haya que tomar una decisión sea incompleta, imprecisa o contradictoria. La orden debe ser cumplida acorde a los preceptos establecidos.
- Reafirmar el yo vitalmente con declaraciones y demostraciones de superioridad, prejuicios e intolerancia sobre aquellos que son catalogados como dife rentes o que se juzgan como débiles.
- Autorizar la dominación y el exceso de poder como vía necesaria para la convivencia social.
- Castigar con violencia y discriminación a los disidentes.
- Reverenciar la disciplina extrema como garantía para obtener un control absoluto sobre la realidad, no habiendo espacio para la improvisación ni para el error.
La voluntad del fascista lo puede y lo quiere todo. Encontrando cierto goce con el autocastigo para que uno enderece su propia conducta en la senda de alcanzar el ideal previsto. El impulso sádico y masoquista se arraiga en su con ciencia para aliviar las dudas y la incertidumbre.